Las primeras joyas surgieron hace 5000 años dentro de la cultura Egipcia que usaban el oro y otros metales para decorar sus cuerpos siendo consideradas un símbolo de poder y estatus.
En un principio muchas de estas joyas se consideraban elementos mágicos gracias a las propiedades sagradas que decían poseer. Gemas o piedras preciosas que adornaban el cuerpo de las mujeres y según los ancestros, aportan suerte y poder a quien las llevase.
Con el paso de los años el desarrollo de la industria ha permitido que determinados metales se usan para esculpir verdaderas obras de arte confeccionadas con todo el mimo y la delicadeza que merece una pieza única.
Desde entonces las joyas han pasado a ser parte de la cultura ocupando un lugar importante en la vida de las personas.
Joyas fabricadas de manera artesanal que pasaban de las manos de madres a hijas conservando su belleza y valor sentimental.
Las joyas: elemento clave en una celebración
Una de las principales funciones de las joyas es la de deslumbrar. Y qué mejor ocasión que una celebración para poder aumentar la belleza de una persona con una pieza exclusiva.
Existen multitud de joyas para ceremonias y cada una aporta un toque diferente a cada persona.
En celebraciones como bodas, los diamantes siempre han sido la estrella.
Elige la joya que mejor va contigo
Los diamantes aportan luz al rostro y combinan a la perfección con el tono blanco característico del vestido de novia.
Pero no solo las novias pueden hacerse lucir en un día especial. Todas las personas que lo deseen pueden elegir el tipo de joya que les haga brillar y, para elegir la ideal, nada mejor que tomar como referencia el tipo de piel o el color de ojos y cabello.
En los tonos de piel dorados u ojos claros nada negro que elegir una joya de oro y combinarla con piedras en tonos naranjas o azules.
En caso de tener una piel blanca y ojos claros las joyas en oro blanco y plata junto a piedras de tonos claros son todo un acierto.
Si tus rasgos son más fuertes, con pelo y ojos oscuros puedes combinar joyas fabricadas en plata y oro con piedras en colores ámbar.
Y si tienes la piel blanca con el cabello oscuro es mejor elegir tonos fríos como la plata acompañado de piedras que den contrastes como el rubí.
Porque al fin y al cabo las joyas no son meros accesorios con los que decorar tu cuerpo, son auténticas obras de arte que lucir en los momentos más especiales de la vida.